Y pasó lo que tenía que pasar. Nuestra Hermandad volvió a brillar en la manifestación pública más importante del año. Los pasos lucieron de forma espectacular por las calles toxirianas y los costaleros, un año más, demostraron que el trabajo dá sus frutos.
En nuestra "madrugá", el Cristo del Perdón fue fiel a su cita con los toxirianos y a las dos de la madrugada volvió a bendecir a su pueblo y éste respondió con recogimiento, silencio y austeridad. Muchos fieles portando sus velas, acompañaron a nuestro Cristo, detrás de su caminar y en las aceras a pesar que la noche no acompañó climatológicamente hablando.
La perfecta unión de la Cruz, la noche, el silencio, el rezo, la oscuridad y la música de capilla volvió a trasladarnos de nuevo a esa Jerusalén del siglo I, donde Jesús de Nazaret comenzaba su Calvario de sufrimiento hasta ese anhelado Domingo de Resurrección.
Y ese Domingo llegó, y cómo llegó. Los pasos estaban espléndido, mención especial para Nuestra Madre Maria de la Paz, guapísima. La candelaría, espectacular; una joya que podrán disfrutar ya los toxirianos de por vida, un gran logro para nuestra Semana Santa. Jesús Resucitado lucía magnifíco, perfectamente entronizado, con un espectacular monte de claveles rojo, victorioso, triunfal ante la muerte y proclamando su Resurrección a todos los toxirianos en cada rinconcito de nuestro pueblo.
Los costaleros demostraron casta, valentía y saber hacer. Nuestro paso por tribuna y por la Plaza de la Constitución, sencillamente espectacular. Las bandas estuvieron a la altura y la gente pudo disfrutar de un Domingo de Resurreccion sublime.
Nos ponemos a trabajar para repetir estos logros (y otros muchos) el año que viene.
1 comentario:
Nada más que añadir al resumen de lo que han sido unas brillantes estaciones de penitencia, tanto la ya tradicional Madrugá toxiriana como la triunfante mañana del Domingo de Resurrección.
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